Imitador, cómico, actor, locutor, nacido en Uruguay, gran parte de su carrera la desarrolló en Argentina. Llegó aquí hacia fines de los años 40, siendo apadrinado en aquella oportunidad por su coterráneo Wimpy, quien lo vinculó a la radio porteña y le puso el seudónimo de “Pinocho”, que el artista usó durante décadas.
Pero buscar un seudónimo no fue nada fácil. Según contaba el mismo Juan Carlos: “Pensemos en Pinocho, el muñeco de madera, sin voz, fabricado por Gepetto. Supongamos que Pinocho le roba el alma a una calandria (la calandria, ave sin canto propio, imita a otros pájaros), para tener voz... Fue así, con esa alegoría tan 'wimpeana', que empecé mis imitaciones llamándome Pinocho”
Su primera representación fue imitar al conocido Cantinflas. Luego comenzaron a lloverle contratos artísticos en Buenos Aires y se vino con Wimpi. Fue figura fundamental de la radio y
Su primera aparición en el cine fue “Detective a contramano”, en 1950, filmada en Montevideo. El mismo año enfrentó las cámaras argentinas con “El otro yo de Marcela”, de Alberto de Zavalía, con Delia Garcés y Alberto Closas. También en cine hizo “¡Qué hermanita!”, con Olga Zubarry, y “El patio de la morocha”, con Virginia Luque, ambas de 1951, y “Su seguro servidor” (1954), tras la cual su carrera se interrumpió. Comenzó 1961 con un “pastiche” titulado “Una americana en Buenos Aires”, donde debía lidiar con un elenco importado.
Puso su voz a “El mago de los sueños”, film protagonizado por la familia Telerin. Durante la dictadura se le prohibió trabajar y se dedicó a animar fiestas infantiles.
En radio hizo, además de “Cordialmente”, el “Kenia Sharp Club”, por Radio Nacional, en tanto recibió cuatro premios Martín Fierro (1967, 1968, 1971 y 1972) por sus distintas labores y el Premio Prensario como Mejor Programa Radial de 1984. Los últimos trabajos en la televisión importantes han sido “Cordialmente” y “Homenaje” en ATC a mediados de los ochenta.
Se nos fue un gran actor, un gran hombre… Ahora los ángeles están de fiesta.
Marisa Catania.
12 comentarios:
A mí también me dio pena. Yo crecí viendo "Cordialmente", me encantaba ver ese programa donde invitara quien invitara, las preguntas eran siempre interesantes y él era muy gracioso. Y te digo, era adolescente cuando veía eso. Ahora está Rial.
M e dolió mucho la partida de Juan Carlos... fue un grande y me jode el caretaje de algunos medios que dicen "fue un grande, esto y aquello..." y después passan a otra noticia.
Digo yo por qué no lo recordaron antes??? me parecieron eso sí, muy sinceras las palabras de Guillermo Blanc y César Mascetti hoy en Am del Plata, en donde sugirieron que se haga con las celebridades que no están en el candelero, que animen o actuén en algunos especiales algunas veces al año,es decir luchar contra el olvido.
te mando un fuerte abrazo Marisa, muy buen post!
Me dió mucha pena.
No dijiste que esuvo casado con el bombonazo de Mariquita Gallegos!!!
Lástima que todo su savoir faire es desconocido por casi todos los conductores actuales.
Gracias Marisa! Hermoso homenaje!
Lo recuerdo en Cordialmente, que mi mamá siempre miraba. Pero mas lo recuerdo por el Topo Gigio!
Un hombre talentoso, sin duda!
Un beso!
Un representante de la mejor picardía rioplatense... Mirá que le dijimo...
Si, una pena. Un tipo culto e interesante. El recuerdo de la música de Cordialmente me lleva a mi adolesencia. Otros tiempos...
Gracias por el recuerdo.
Un abrazo.
Norber.
Gracias por los comentarios...Lo recordaremos siempre.
Preciosa oda al creador del Topo Gigio. Se nos fue... No te pogas triste. Lo bueno perdura y seguramente ahora que se ha ido iran redescubriendo su genio, ahora que se nos ofrece tanta idiotez por la TV.
La creadora del Topo Gigio fue María Perego.
Mareco fue quien, en Argentina, le puso la voz.
Un abrazo
Gustavo
Hola qué tal? estuve viendo algunas cosas en tu blog. Trabajo con posicionamiendo web y tengo una propuesta de publicidad : 50 euros cada mes por incertar pequeños links de nuestros anunciantes. Son 50 euros mensuales para cada blog que se registre con nosotros.
Saludos -comunicate-
Decile que no. Cincuenta euros no. Acá, por lo menos, "Te cuento los setenta..."
Y después que "incerte" lo que quiera.
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